jueves, 18 de febrero de 2016

EL LIBRO MISTERIOSO

Aquí os dejo uno de esos fragmentos que me hacen doblar la página:
 
"...Me encontré con los ojos anegados y por primera vez comprendí el veneno que podían contener las palabras, y cómo se nos metían dentro a nuestro pesar, los demás las pronunciaban sin singún tipo de recato porque no eran cosas que les importaran nada, y entendí que aquel cúmulo de datos no se podría olvidar nunca, y cualquier día se podía convertir en parloteo que arrojábajos a la cara del afectado como un insulto de fuego, como un espejo en el que obligábamos a contemplar la fealdad que creía mantener oculta.  Me mordía el labio inferior mientras permanecía en aquel claro del bosque, sin virtud para mover una pierna, y me prometía no decir nunca dada, no hacer nunca nada que los demás pudieran almacenar en su cabeza para echarme en cara el día que les viniera en gana.  No quería quedar nunca más enterrado, inmovilizado por un alud de palabras, convertido en un retrato que me ofrecían los demás y que yo no podía borrar."

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