para entender
el Asperger
y estar en guardia
ante pederastas
Una novela juvenil muy recomendable sobre todo por dos motivos, los dos ejes centrales del libro.
Uno es que explica magníficamente cómo es, como piensa y siente un chico con síndrome de Asperger.
No explica cómo son, sienten o piensan todas las personas con asperger,
solo su protagonista de dieciséis años, pero eso ya es mucho para
comprender el síndrome y ponernos en sus zapatos.
El otro está relacionado con el otro personaje principal del libro, una inocente gimnasta de catorce años, y es que pone en alerta respecto a los depredadores sexuales que acechan a los chavales en Internet mintiendo, inventando perfiles y manipulando para obtener lo que quieren.
Y no es lo único que tiene: sus protagonistas, Sam y Martina,
son adolescentes a los que coges cariño, preocupados por estudiar,
inocentes (lógico dado el asperger de uno y los pocos años de la otra)
deportistas y sanos, que comienzan a indagar en las relaciones con el
sexo opuesto, a perderse y encontrarse con sus padres, que se mueven en
las redes sociales con soltura, se encuentran con dificultades, se
equivocan y aciertan en las decisiones que toman. Un argumento que no
tiene ningún golpe de timón y apunta a un destino conocido, pero te hace
navegar hasta él confortablemente.
Internet es una herramienta excepcional en muchos sentidos, pero está
claro que hay que estar sobre aviso . “No te creas a
nadie que conoces solo por redes sociales”, es algo que tendríamos
que tener grabado a fuego, también muchos adultos.
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